“La Arquitectura debe perseguir lo mejor para la vida del hombre”… esta frase tan sencilla y mundana abre la ventana de estudio del presente trabajo, ¿por qué si crear y vivir en Arquitectura es tan sencillo, por qué es tan banal y vacío el resultado de nuestro proyectos arquitectónicos; por qué nos enfocamos solamente en uno de los sentidos, el visual, y olvidamos para que realmente hemos sido formados, o ¿será que esta frase que nos motiva no es mas que un mero cliché académico?.
Con nuestro trabajo buscamos hacer conciencia y fomentar el obtener una cultura urbana -vivencial y perceptual-, cultura que todo proyecto, turístico o no, de amplio o mínimo tamaño deberá poseer y potenciar. Se presenta un trabajo de investigación que parte desde cero, sin premonición formal alguna, que busca ser el reflejo y el resultado de un determinado objetivo cumplido y de su cultura contextualizada. Nos insertamos pues en esa lucha existencial y egocéntrica de todo arquitecto, ¿qué será primero el proyecto o el contexto?, y entonces mi proyecto será el resultado de todas las pequeñas sumatorias de lo social, lo económico y lo ambiental.
Nuestro motivo fundamental al realizar la presente investigación es el generar un cambio de actitud (conciencia) al mejorar la relación entre el ciudadano, el visitante (turista), la Arquitectura en si misma y la cultura urbana ya presente, consiguiendo de esta manera un enfoque sostenible y de aplicación diaria profesional, obviando la conjetura de que para lograrse lo anterior dependemos imperativamente de un proyecto de escalas mayores.
Nos enfocamos siempre en esa “conversación” tácita y existente entre ciudad, realidad social, contexto natural, cliente, visitante y filosofía del profesional a cargo.
Podríamos afirmar que el proyecto se desarrolla de forma centrípeta, es decir, viviendo hacia adentro, y proponiendo una interacción en sus distintos niveles por medio a dobles y triples alturas, sin dejar de lado el aprovechamiento de visuales y su orientación en su emplazamiento. En cuanto a la función y desglose del mismo se han considerado tres grandes áreas: las habitaciones de huéspedes, las zonas públicas, las áreas de administración y servicios. Cada una de estas tres grandes zonas genera un tipo diferente de circulación y conexión que en determinado momento pueden mezclarse o solaparse con otras. El área de las habitaciones de huéspedes, su configuración, modulación y disposición en el terreno o niveles fue pensada para promover la intimidad y seguridad de los usuarios, además de propiciar la separación de las localidades de uso publico continuo del hotel. Las zonas y áreas complementarias, como elevador público y de servicio, escaleras, cuartos de limpieza y almacenaje, áreas para facilidades y cuartos para los paneles y equipos eléctricos se ubican en espacios no disponibles al público y de fácil acceso para el personal del hotel y de servicios externos de mantenimiento a las instalaciones.
Las áreas exteriores y de acceso al hotel se caracterizan por el planteamiento de facilidades como banqueta de uso publico, áreas verdes cerradas al exterior y abiertas hacia los espacios interiores de la edificación, vestíbulos, rampas para minusválidos y estacionamientos para empleados y visitantes. La marquesina de acceso genera cierto interés y funciona como un “acento” en la composición y se ha tratado techado y con suficiente altura para permitir el paso y detención de los autobuses de turistas. El área de acceso directo al lobby es definido con unas escalinatas y rampa de minusválidos, la cual jerarquiza la entrada y salva el desnivel creado por el nivel semisoterrado de aparcamientos y servicios. Ya dentro de la edificación se generan múltiples huecos y aperturas en las losas, generando doble alturas y pasarelas intermedias en los niveles superiores, y este espacio funciona como punto de control de personas y conexión al ascensor, restaurante, cafés o bares, zonas administrativas y al resto de espacios de uso público.
Las áreas y facilidades recreativas han sido dispuestas en el nivel superior de cubiertas para el aprovechamiento de vistas a la ciudad y a los atardeceres mágicos de Puerto Príncipe, por parte de todos los visitantes y huéspedes sin excepción. Se ha dispuesto de piscina, gimnasio, baños vestidores, área de masajes, bar y restaurante a la carta con mesas en espacio techado y al aire libre.
Las zonas de administración y servicios son dispuestas en todo el desarrollo del hotel. En el primer nivel encontramos las áreas administrativas gerenciales y baños, y en el sótano áreas de servicios como lavandería, seguridad, comedor de empleados, cuartos eléctricos y mecánicos, etc. El suministro eléctrico lo proporciona el organismo estatal correspondiente y se ha incluido un espacio para generadores eléctricos de emergencia. El sistema de abastecimiento de agua potable es el comunitario de la ciudad, pero por la deficiencia del mismo, se ha propuesto un sistema de abastecimiento propio y la reutilización de las aguas de lluvia para riego y descarga de aparatos sanitarios.
En cuanto a la concepción espacial general, se proponen todas las áreas publicas con ventilación e iluminación natural, procurando el ahorro de energía y el confort térmico en cada espacio. Todas las habitaciones cuentan con visuales al exterior, aunque limitadas por el manejo del aspecto seguridad .
